Adonis Creed, ahora propietario de un exitoso gimnasio y promotor de boxeo, debe enfrentarse a su pasado cuando su amigo de la infancia Damian «Dame» Anderson aparece tras una larga estancia en prisión. A pesar de haber pasado el testigo de la serie Rocky de Sylvester Stallone a Creed, el debut como director de Jordan en Creed III demuestra que el personaje del título ya no necesita al semental italiano para crear una película poderosa y emocionalmente satisfactoria. La profundidad emocional de la película proviene de la relación entre Adonis y Dame, revelada por un prólogo de 2002 que sugiere su problemático pasado. Mientras Adonis ha puesto fin a su carrera boxística y disfruta de fama y riqueza, Dame es un antiguo prodigio del boxeo que busca demostrar su valía en el cuadrilátero. Sus conversaciones son tensas, pero su sentimiento de hermandad es siempre palpable.

Cuando se muestra el carácter de Dame, Majors realiza una actuación magnetizadora, especialmente en los momentos tranquilos que revelan la vulnerabilidad de su personaje. Sin embargo, el verdadero centro emocional de la película es la lucha de Adonis con su pasado y sus propios demonios, que se agitan con el regreso de la Dama. Jordan explota hábilmente este conflicto para crear una historia rica e intrigante.

En Creed III, el director Jordan da más profundidad al personaje de Tessa Thompson, que sigue su propio camino tras alcanzar la fama. Además, la película se centra en la hija sorda de la familia Creed, Ama, creando una cálida dinámica familiar. La película explora qué lecciones puede haber heredado Amara de su padre, sobre todo en lo que respecta a su propensión a la violencia, un concepto intrigante dada la violencia de la propia película.

Creed III aporta más hilos inconclusos

Aunque los primeros 90 minutos de la película tienen un buen ritmo y dan la impresión de frescura, el acto final se concluye precipitadamente, dando lugar a hilos argumentales inconclusos y a una decisión del personaje que parece incoherente con su carácter. El giro hacia convenciones taquilleras conocidas socava el paciente trabajo que precedió a este momento.

Sin embargo, la dirección de Jordan se mantiene sólida durante toda la película. Las escenas de boxeo, inspiradas en su afición al anime, especialmente el combate final, son épicas y contienen imágenes impresionantes. Si hay futuras entregas de ‘Creed’, este tipo de innovación es exactamente lo que la serie necesita.